sábado, 1 de junio de 2013

BRUSELAS NOS DA DOS AÑOS MÁS DE PLAZO PARA REDUCIR EL DÉFICIT A CAMBIO DE QUE


La noticia de la semana, ha sido la ampliación del plazo para la reducción del déficit, el Gobierno de Mariano Rajoy, ha intentado desde que llego al poder la reducción del déficit y evitar el rescate.

Del rescate ya no hablamos, ahora bien la reducción del déficit, es otro cantar, ya que para que surja efecto consecuentemente, tiene que ser una labor de equipo, es decir implicar a Todos los agentes de la sociedad así como también fundamentalmente a las Comunidades Autónomas.

Bueno, el caso es que Bruselas ha optado por dar un voto de confianza a las políticas de Rajoy y nos ha prorrogado el objetivo por debajo del umbral del 3%, hasta el ejercicio 2016, lo que  supondrá un balón de oxígeno en la economía maltrecha en la cual nos estamos desenvolviendo.

El Gobierno deberá cumplir ahora un déficit del 6,5 % del PIB para este año, del 5,8 % en 2014, del 4,2 % en 2015 y del 2,8 % en 2016.

La pregunta es ¿que nos va a costar a los ciudadanos el cumplir con estos objetivos? ya que, Bruselas considera que España debe garantizar un plan de reformas y un programa de estabilidad a largo plazo porque hasta ahora los que más han sufrido los recortes hemos sido nosotros, los puntos fuertes en los que se  basara la exigibilidad de los objetivos a cumplir y que deben ser presentados ante Bruselas antes de finales de junio, serán los siguientes:

1- Sistema de pensiones, la edad de jubilación deberá aumentar en función de la esperanza de vida

2- Limitación del gasto fiscal relativo a la imposición directa.

3- Incrementar los tipos reducidos del IVA

4- Lucha contra la economía sumergida y el fraude fiscal.

5- Finalizar el programa de recapitalización de los bancos.

6- Concluir antes de Julio la finalización de la reforma laboral, y que esta abarque todos sus objetivos, modernizando los servicios de empleo público, para garantizar una asistencia individualizada a los desempleados, reforzar la eficacia de los programas de cualificacion  para los trabajadores.

7- Programas de lucha contra el paro juvenil.

8- Aprobación del proyecto de la Ley de Garantía de la Unidad de Mercado.

9- Se adopte antes de final de año la Ley de Colegios y Servicios Profesionales y la Ley de Apoyo al Emprendedor.

10- Reforma del sector eléctrico antes del final de año donde debe quedar solucionado el déficit de la tarifa eléctrica.

11- Reforma de la administración local y lograr una eficiencia en la administración pública.

Al final todas estas reformas que deberemos emprender si o si, se traducirán como siempre en perjuicio de las Pymes y autónomos, y yo me pregunto no sería más fácil conseguir un crecimiento económico, a través de potenciar créditos a las pequeñas y medianas empresas, para así fomentar el crecimiento, la contratación, y por otro lado realizar unas reformas estructurales audaces, empezando por las administraciones públicas, y no digo a través del despido de funcionarios, sino más bien a través de las reestructuraciones, ya que existen Administraciones en las que sobra personal, pero en cambio en otras como el sistema judicial esta totalmente colapsado y por otro lado la urgente medida de rebajar el IRPF, para qué vuelvan a fluir los ingresos a las familias que son los consumidores finales de este país.

¿LAS PYMES y AUTONOMOS SE ESTÁN AHOGANDO?



Felicito a CIU por ser después de mas de dos años, la voz de autónomos y Pymes que están solicitando el otorgamiento de microcréditos, para que sean el circulante que nos  permita sobrevivir,  en estos momentos de falta de liquidez en nuestras arcas.

La única manera posible de que se active la economía española, es que se recupere el crédito para dar actividad y se creen puestos de trabajo.

Todo el mundo comprende que sin crédito no existe inversión, y sino existe inversión no se van a generar puestos de trabajo, por lo que el crédito ha de fluir para que sea el reactivante de la economía.

Partiendo de la base de que la financiación en una empresa es de vital importancia tanto para la maximinizacion de recursos como para el crecimiento de la misma, cuando la financiación de una empresa se ve muy obstaculizada como en el caso actual, las reservas son una solución para que la PYME salga adelante.

Pero ¿Cual es el problema actual?, Pues que tras 6 años de crisis las empresas han absorbido prácticamente sus reservas, estando bajo mínimos, por lo que la única salida que les queda es la financiación externa.

Por lo tanto estos microcréditos deberían ir  desde 6000 Euros hasta 3000 Euros , sin requisitos burocráticos, que son los que al final paralizan el proceso de concesión, y cuya concesión haría que el mercado se restableciera, potenciando a la economía.

Es indudable que la financiación a las pymes se ha visto tremendamente reducida y encarecida en los últimos meses, poniendo en grave riesgo la competitividad y supervivencia para tanto la pequeña y mediana empresa, como para los autónomos, debido a diversas circunstancias,  entre ellas me gustaría destacar:

1 - Las empresas no se atreven a solicitar financiación porque saben que sus balances no son los más idóneos dada la situación actual de crisis, han existido un 30% menos de solicitudes al respecto en lo que llevamos de ejercicio 2013.

2- Y las que por fin solicitan el crédito,  se encuentran con un 25  a 30% de rechazo debido a lo que explicábamos anteriormente,  las mayores dificultades de aprobación.

Hay que tener en cuenta además que el ICO, no otorgo los créditos que tenía previstos, unos 10.000 millones de euros por el encorsetado sistema de autorización que ha asfixiado  a las pequeñas y medianas empresas españolas, hasta el punto de obligarles a  cometer despidos,  incluso muchas de ellas llegando a cerrar.

También cabe destacar las promesas que realizamos a Bruselas, en cuanto al dinero recibido para el rescate de los bancos y nuestro compromiso de que sería revertido a través de créditos a Pymes y autónomos, promesa que también se ha incumplido, ya que los bancos rescatados han invertido prácticamente todos los fondos recibidos en salvar a sus propias empresa inmobiliarias, hecho sobre el cual ya advirtió Bruselas en su día, pero que al parecer, España como siempre ha hecho caso omiso de dicha recomendación.

Aquí somos lo que somos, y hacemos lo que queremos, menos defender nuestros propios intereses, frente a mercados, que como sigamos así, ocuparán el sitio que nosotros veníamos ocupando hasta ahora.